Calma con la Navidad
"Las Navidades no son para tanto" + 9 tips para montar TU mesa perfecta.
“Las navidades no son para tanto”. Es una frase que me tengo que repetir constantemente a mí misma durante el mes de diciembre, incluso desde antes. Estoy segura de que a algunos de vosotros también os pasa. Hay varias razones. Una de las más comunes es la evidencia de ciertas carencias que se acentúan en estas fechas. La familia de anuncio que nunca hemos tenido, la silla que por primera vez este año estará vacía o la silla que nunca se ha puesto. Hasta el gato que este año no jugará con las bolas del árbol. No voy a hablar de este tema en este post. Desde el respeto y con todo el amor del mundo, os envío mucho cariño a los que estas fechas os duele el corazón un poco más de lo normal.
En mi caso, sin salvar demasiado las distancias con el tema de los “echar de menos en Navidad”, estás fiestas me toca luchar contra algo más. Contra mí misma. Espero saber explicarme con claridad, ya que todavía no estoy preparada para abrirme totalmente en este tema. Para poneros un ejemplo y que se me haga más fácil, el diciembre pasado me exigí que, después de dos años sin poder reunirnos por motivos de Covid, esas Navidades iban a ser las mejores de la historia. Junté a mis cuatro primas pequeñas y nos hice un email personalizado conjunto con el que íbamos enviando correos a nuestros familiare, comunicados de las Elfas. Organizamos (me empeñé yo sola) una noche de juegos, como el Bingo o “adivina la canción en dos segundos”. Sí o sí, ese año iba a salvar la Navidad. Toma. Por supuesto la decoración de la mesa no se quedo atrás. Siempre he intentado darle un toque bonito como en cualquier familia, pero el diciembre anterior compré la tela del mantel, lo cosí a medida y… ¡lo pinté a mano! También fui a comprar las servilletas y más de treinta velas tenían que estar encendidas en cuanto llegase el primer invitado. En ese momento aún no lo sabía, pero el perfeccionismo como prueba de validación personal me estaba dando duro. Por supuesto fueron llegaron todos y a cada “pero qué bonito, Violeta” me iba sintiendo más reconocida y aceptada. Lo que pasó después fue que, como es tradición, de cada casa se trajeron platos con entrantes, sillas y copas que nada tenían que ver lo uno con lo otro. Colapso mental.
Sé que, ahora que lo leéis, es muy evidente que Violeta tiene un problema. Lo escribo en tercera persona porque es más fácil decirlo. No os quiero hacer pensar que todo esto ha pasado, ni que he conseguido deshacerme el perfeccionismo tóxico. Este año vuelve a haber mantel a medida y en vez de velas, habrá flores. Pero sí que quiero dejar reflejado que estoy en ello, que gracias a mucho trabajo interno y terapia, soy consciente del problema. Me he pillado guardándome inspiración para hacer una carta de cócteles navideños en acuarela. Cócteles que nunca han sido necesarios, por lo que me he obligado a deshacerme de la idea. Por supuesto, aún me queda mucho por limar, pero si algo tengo cien por cien interiorizado es que ese día no estoy trabajando ni soy la planner de turno, que es mi familia con la que estoy compartiendo tiempo y que no hay nadie con quien tengo que ser más honesta y a los que no debo demostrar mi validez que a mi familia. Rebajando un poco de intensidad al asunto, me gustaría dejaros con este anunció de Ikea sobre la organización de las Navidades por que sí, me veo absolutamente reflejada y reírme de mí misma es de los mejores antídotos contra mi perfeccionismo.
Sé que aún con mis palabras, habrá momentos en que las Navidades me desborden y, junto a mis padres y hermana, sentiré que estamos a punto de kaos o del agotamiento. Igual que nos pasa a nosotros sé que hay más familias a las que por alguna razón u otra, estas fechas se hacen cuesta arriba. Así que decidida a echaros una mano, ya que yo no soy dada a las recetas y la guía de regalos os la dejé en el anterior post, voy a aprovecharme de lo que realmente sé: hacer mesas bonitas. Os dejo a continuación con unos tips muy simples e inspiración. Estaréis pensando que estoy siendo absolutamente contradictoria con todo lo que os acabo de decir. No lo niego. Pero si hay alguien que le está dando demasiadas vueltas a este tema, espero ayudarle y hacer que vea un poquito de luz. Pero por favor, recuerda no comerte demasiado el coco y que si se saltas alguno de estos tips es totalmente lícito ¡No estás trabajando! Estás disfrutando. Y a mí misma me digo, que si el mantel cuelga más por un lateral que por el otro, que tampoco pasa nada. Si os inspiro de alguna manera, no os olvidéis de la foto del después, que seguro que incluye más magia que la foto del antes del “todo el mundo a la mesa”. Estaré encantada de que la compartáis conmigo.
RECORDATORIO:
LO MEJOR DE PREPARAR LA MESA DE NAVIDAD ES VIVIRLA DESPUÉS.
Tips para TU mesa perfecta:
Juega con el factor sorpresa. Si no le has prestado nunca atención a la decoración o si siempre es la misma, un cambio ya será un punto a favor.
Que no sea previsible. Ya sé que estas fechas todo nos empuja al rojo, verde, blanco, dorado y plateado. Sorprende a tu familia con una mesa en tonos neutros o monocromática. ¿Quién se atreve a una mesa rosa? Alucinarán.
Solo velas si es una cena. Otro elemento al que estamos acostumbradas en Navidad son las velas. Tengo una manía muy fuerte con esto. Si estás organizando una celebración de día, mejor olvídate de las velas e incluye más flores. ¡Alegría!
No te líes con el centro de mesa si no se te da bien los arreglos florales. Botecitos de cristal de boca fina con una flor en cada uno, unos cinco o unos treinta, pero ya tienes centro de mesa.
Crea papelería bonita. Estoy segura de que te resuelves con Canva. Tampoco cuesta nada escribir unos marcasitios bonitos en el último momento. Si te ves animada, incluir minutas subirá de categoría a tu mesa, pero para nada es necesario.
No te agobies con la vajilla. Eso de tener una vajilla buena que solo sacas para los días importantes está muy demodé. En los hogares existen varios tipos de vasos, platos, cuchillos, tenedores,... ¡Combinadlos!
Planchad la mantelería. Si eres de las que te agobias con el tema flores, vajilla, velas, etc, nada es tan imprescindible como que la mantelería (mantel y servilletas) esté planchada.
Sobre todo y a pesar del trabajo que te haya costado montar la mesa, sé buena anfitriona. Los manteles se manchan, las nubes se levantan, que sí, que no, que caiga un chaparrón.
Dale un toque de tendencia. Este año, si te fijas, en redes sociales no pararás de ver árboles de Navidad decorados con lazos. Y es que han venido para quedarse. ¿Te animas?








Después de tanta exposición a mesas bonitas, me veo en la obligación de ser pesada y volver a recordarte/me que estas fotografías solo son inspiración. Que les falta las personas, la practicidad,… No están vivas. No intentemos imitarlas. Ponte las cosas fáciles y de forma sana, limítate a copiar algún jarrón, detalle, tonalidades,… Este es el único motivo por el que las comparto: para ponernos a todos las cosas más fáciles.
Querido lector, esta semana no hay “Obsesión semanal 💖” que valga. Demasiado tenemos con lo que tenemos. Si has llegado hasta aquí, agradezco tu comprensión y compromiso. No ha sido uno de los post más fáciles de compartir. Del mismo modo, te pido que seas responsable con tus respuestas, ya que me siento muy expuesta y vulnerable. Disfruta de la compañía en estas fechas, ya sea de una persona o de cincuenta. Te mando un abrazo gigante. Nos leemos pronto 🤍